Signo ortográfico doble: existe un corchete de apertura ([) y otro de cierre (]). Está formado por una línea vertical con dos más pequeñas en los extremos con las que forma ángulo recto.
Los corchetes se utilizan, por regla general, de forma parecida a los paréntesis que incorporan información complementaria o aclaratoria. Se escriben pegados al primer y al último carácter del período que enmarcan, y separados por un espacio del elemento que los precede o los sigue, salvo cuando encierran segmentos de palabra.
Usos
- En la transcripción de un texto se usan los corchetes para enmarcar una aclaración, alguna adición, el desarrollo de una abreviatura, alguna corrección o enmienda, es decir, secuencias que no se encuentran en el original sino que proceden del editor o persona que transcribe el texto, con el fin de completar la información o corregir errores.
«Subió la cue[s]ta con dificultad. [En el original, cuenta]».
- En poesía, el corchete de apertura se sitúa delante de las palabras finales de un verso para indicar que no cabe en la línea anterior y se continúa, alineado a la derecha, en la siguiente:
Y así volvieron los tibios recuerdos
a imprimir su orden en el oscuro
[silencio.
- Para encerrar transcripciones fonéticas:
loba [lóᵬa]
- Se pueden usar tres puntos entre corchetes para indicar, cuando se transcribe un texto, que se ha omitido una parte de él, ya sea una sola palabra o un fragmento. En este caso, aunque se prefieren los corchetes, también pueden utilizarse los paréntesis:
«Pensé que él no pudo ver mi sonrisa […] por lo negra que estaba la noche» (Pedro Páramo,de Juan Rulfo).
- En las fórmulas matemáticas o químicas, cuando estas operaciones ya contienen otras encerradas entre paréntesis:
[(4 + 2) x (5 + 3)] – (6 – 2)