Los profesores que impartimos Lengua en secundaria nos hemos acostumbrado a que cada año nuestros nuevos alumnos nos formulen la misma pregunta: «¿Para qué sirve la sintaxis, profesor?»; y como cada año, cuando nos hacen la pregunta, nos quedamos sin saber bien qué responderles, no porque desconozcamos sus beneficios, sino porque nosotros mismos empezamos a dudar de que sirva para algo.
En realidad, no es culpa de la sintaxis en sí que nuestros estudiantes no consigan engacharse a esta disciplina y que finalicen el instituto sin haberla dominado y visto su utilidad, sino, más bien, por la forma en que planteamos en clase su estudio.
Seamos sinceros. Tras haber dedicado varias sesiones en explicar los constituyentes básicos de la oración, todas las funciones sintácticas y los diversos tipos de proposiciones, en la mayoría de clases posteriores escribimos en la pizarra una decena de oraciones y damos tiempo a los alumnos para que realicen su análisis. Esto, sin duda, es lo más cómodo para nosotros. Sin embargo, no es la mejor manera de transmitir la utilidad de la sintaxis y, mucho menos, para lograr que les guste, porque el análisis sintáctico se acaba convirtiendo en una práctica rutinaria de etiquetado mecánico de las unidades lingüísticas.
Intentemos, entre todos, cambiar esta situación y llevemos a las aulas una sintaxis que, aparte de alcanzar su propósito, estimule a los estudiantes. Empecemos por tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La sintaxis es la rama de la gramática que estudia cómo se combinan las palabras para formar unidades superiores con significado. Por tanto, resulta altamente beneficiosa para quien la estudia porque ayuda a saber expresarse y a escribir con corrección.
- La gramática no es algo ajeno, sino que forma parte de uno mismo. Sería como la arquitectura de nuestro pensamiento. Por ello, debemos enseñar a nuestros alumnos a controlarla, a que desarrollen el razonamiento gramatical, a fin de que se apropien de su idioma y se conviertan en ciudadanos capaces de razonar y argumentar adecuadamente.
- La sintaxis ayuda a pensar, a reconocer las diferencias que existen en oraciones tan similares como «Compró caro ese chalet» y «Compró un chalet caro». Vista su utilidad para un perfecto dominio del idioma, lo mejor será que se lleven al aula actividades que interesen a los estudiantes, como, por ejemplo, analizar oraciones gramaticalmente incorrectas, para que dejen de ver la sintaxis como algo ajeno a ellos y reflexionen y descubran mediante el análisis sintáctico los errores.
