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El complemento indirecto (CI)

El SPrep en función de CI precisa el destinatario, receptor, experimentador o beneficiario de la acción significada por el verbo:

Lucía compró un ramo de flores a María.

Tanto los verbos transitivos como los intransitivos pueden llevar CI y puede aparecer en todo tipo de predicados (nominal y verbal). Va siempre precedido por la preposición a (nunca con para).

Han traído un paquete ¿para el director? > ¿CI?
Han traído un paquete al conserje para el director.

El SPrep en función de CI puede ser sustituido por los pronombres personales átonos me, te, nos, os, le, les, se (reflexivo).

Lucía le compró un ramo de flores.
Os importa poco el futuro.

Si en una oración se sustituyen CD y CI por pronombres de tercera persona, el CI adopta la forma fija se[1]:

Lucía se lo compró.

Cuando del CI aparece antepuesto al núcleo verbal, se duplica mediante el pronombre átono de objeto indirecto. Si el CI aparece pospuesto al núcleo oracional, puede o no duplicar:

Ya le han dado los resultados del examen a María.
A María le han dado ya los resultados del examen.

[1] Se lo procede del medieval gelo, formado por el pronombre objeto indirecto de 3ª persona ILLĪ y el pronombre objeto directo de 3ª persona ILLUM, ILLAM, ILLUD, ILLŌS, ILLĀS; que, tras la evolución vocálica propia del latín vulgar y la reducción de -LL- a /l/, las secuencias ILLĪ ILLUM, ILLĪ ILLAM, etc., dieron lugar a /eljelo/, /eljela/, etc. El tratamiento normal del grupo /l/ + /j/ en castellano (> /g/) y la elisión de e- (como en los restantes pronombres personales átonos) explican la aparición de los medievales gelo, gela, etc. Gelo pasa a se lo tanto por analogía fonética (confusión entre /ž/ y /s/ durante el siglo XVI) como sintáctica (en español medieval existían las expresiones reflexivas echóselo, atóselo, etc.).