La palabra es la unidad lingüística dotada de significado que puede aislarse mediante pausas en el habla y por espacios blancos en la escritura. Cada palabra pertenece a una categoría gramatical (sustantivo, adjetivo, verbo, determinante, pronombre, adverbio, preposición, conjunción, interjección) y, según su estructura, se clasifican en:
- Palabras simples o primitivas: son aquellas que están constituidas por una sola raíz y no llevan ningún morfema añadido:
sol, leche, mar, pan…
- Palabras derivadas: son las palabras formadas añadiendo uno o varios morfemas derivativos al lexema. Dentro del proceso de derivación se habla de prefijación (cuando se crea una palabra mediante la incorporación de un prefijo) o sufijación (cuando se deriva una palabra añadiendo un sufijo):
bis-abuelo, leal-tad
- Palabras compuestas: son aquellas que se han formado a partir de la unión de dos lexemas:
medio+día
- Palabras parasintéticas: son aquellas creadas empleando simultáneamente la composición y la derivación, o la prefijación y la sufijación:
quince-añ-ero (no existe la forma *quinceaño ni *añero)
a-tard-ecer (no existe la forma *atarde ni *tardecer)
Procedimientos de formación de palabras
Derivación
La derivación consiste en la combinación de un lexema con uno o varios afijos o morfemas derivativos para formar una palabra nueva. Ejemplos: in-útil, des-obediente, arbol-eda, papel-era.
Según la posición que ocupen respecto al lexema, distinguimos dos tipos de afijos o morfemas derivativos: los prefijos y los sufijos.
- Los prefijos son los afijos que van delante del lexema. Pueden modificar el significado del lexema al que se unen, pero no cambian su categoría gramatical. Ejemplos: transatlántico, extraer, inmóvil, deshacer, asimétrico, etc. Se distinguen dos tipos de prefijos:
- Los prefijos significativos aportan un significado nuevo al lexema con el que se unen y, por tanto, convierten una palabra en otra distinta: atraer, reconsiderar, subdesarrollo, etc.
- Los prefijos apreciativos o valorativos aportan un matiz cuantitativo (cantidad, intensidad, tamaño) al significado del lexema o una actitud afectiva (aprecio, desprecio, burla) del hablante ante el objeto representado por la palabra. En este caso, la palabra creada sigue siendo la misma, aunque se expresa un matiz diferente. Ejemplos: si al lexema caro le añadimos el prefijo super– (‘muy’) obtenemos la palabra supercaro, que simplemente aporta una diferencia de cantidad, pero no se trata de una palabra nueva. Lo mismo sucede con archiconocido, requeteguapo, etc.
- Los sufijos son afijos que van detrás del lexema. Pueden aportar significado a la palabra nueva y pueden modificar su categoría gramatical. Ejemplos: igualdad, hermosura, perezoso, rosal, agradable, realizar, etc. Hay dos tipos de sufijos:
- Los sufijos significativos aportan un significado nuevo al lexema con el que se unen, esto es, transforman una palabra en otra distinta; es decir, si al lexema ros– de la palabra rosa le añadimos el sufijo –al, obtenemos una palabra nueva: rosal. Ejemplos: aterrizaje, zapatero, etc.
- Los sufijos apreciativos aportan un matiz cuantitativo (cantidad, intensidad, tamaño) al significado del lexema o una actitud afectiva (aprecio, desprecio, burla) del hablante ante el objeto representado por la palabra. Así, si al lexema man– de la palabra mano le añadimos el sufijo –ita, obtenemos el término manita, que únicamente aporta una diferencia de cantidad (‘mano pequeña’) o un matiz de aprecio por el objeto nombrado. Los sufijos apreciativos se subdividen en aumentativos, diminutivos y despectivos.
Aumentativos
-ón, -ona (novelón, señorona) / -azo, -aza (cochazo, bocaza) / -ote, -ota (chavalote, grandota)
Diminutivos
-ito, -ita (barquito, casita) / -illo, -illa (chiquillo, monedilla) / -ico, -ica (arbolico, carica) / -ín, -ina (tontín, monina) / -uelo, -uela (pequeñuelo, jovenzuela) / -ete, -eta (vejete)
Despectivos
-aco, -aca (libraco) / -uco, -uca (ventanuco) / -acho, -acha (ricacho) / -uzo, -uza (gentuza) / -ucho, -ucha (papelucho, casucha)
Composición
Es el mecanismo de formación de palabras que consiste en unir dos o más lexemas para formar una palabra nueva que tendrá un significado único y diferente. Ejemplos: lexema port– + otro lexema → portaequipajes, portalámparas, portavoz, portafolios, portalápices, etc.
En algunos casos, las palabras compuestas simplemente se yuxtaponen como sucede en mediodía, sacapuntas, girasol, lanzallamas, etc. En otros casos, el primer elemento sufre alguna alteración o modificación: pelirrojo, blanquiazul, telaraña, agridulce, coliflor, etc.
Se pueden formar palabras compuestas con prácticamente todas las clases de palabras:
- nombre + nombre = bocacalle
- adjetivo + adjetivo = altibajo
- adjetivo + nombre = medianoche
- nombre + adjetivo = pasodoble
- verbo + nombre = guardameta
- adverbio + verbo = malvivir
- verbo + adverbio = mandamás
- verbo + verbo = correveidile
Según el grado de fusión de los componentes, se distinguen dos clases de compuestos:
- Compuestos propios, univerbales o léxicos (fusión máxima): sus componentes se integran en una única palabra ortográfica: sacacorchos, parabrisas, correveidile, agridulce, boquiabierto, etc.
- Compuestos sintagmáticos o pluriverbales (con relativa independencia semántico-formal): formados por palabras yuxtapuestas que mantienen independencia gráfica y acentual. Unas veces se separan con guion: teórico-práctico, peruano-ecuatoriano, coche-cama, etc.; otras, sin guion: cabeza rapada, problema clave, sofá cama, etc. En este grupo también se pueden incluir los compuestos cuyos componentes se unen por medio de una preposición: televisión por cable, arroz con leche, silla de ruedas, etc.
Una variedad de la composición es la llamada composición culta: en la que intervienen elementos de origen latino o griego que no funcionan de manera autónoma. Mediante este tipo de composición se forman muchos tecnicismos:
- A veces están formados por dos elementos griegos o latinos: antropomorfo (de antropo-, «hombre», y -morfo, «forma»); filología (de filo-, «amigo», y -logía, «estudio»), etc.
- Otras veces un término latino o griego se une a una base española: aerotransporte. Muchos términos de este tipo, que ocupan siempre el primer lugar de la palabra, se consideran prefijos o prefijoides: homo-, hetero-, agro-, audio-, etc.
Parasíntesis
La parasíntesis es un proceso de formación de palabras en el que la forma léxica no se forma solo mediante un morfema derivativo, sino que es un proceso más complejo en el que se añaden dos o más morfemas sin que exista claramente una forma más simple intermedia. Para que se produzca, por tanto, parasíntesis deben haberse utilizado de forma simultánea los procedimientos de composición y derivación, o de prefijación y sufijación.
siete-mes-ino (no existe la forma *sietemes ni *mesino)
sub-terr-áneo (no existe la forma *subtierra ni *terráneo)